martes, 16 de febrero de 2016

Reciclando puertas y contraventanas

Recuperar unas viejas ventanas y contraventanas puede ser un recurso muy útil para la decoración de nuestros hogares, dando un toque especial al entorno.

Cuando veo esas viejas maderas abandonadas, no puedo resistirme a observar el encanto de la marcas que el tiempo ha dejado en ellas. Siempre pienso en la manera de poder salvarlas de la destrucción a la que están destinadas.

Como ejemplo de recuperación de ellas, os quería mostrar unos muebles para el baño que construí reciclando unas viejas contraventanas que me encontré:



Tenían un incontable número de capas de pintura superpuestas; años y años de repintes sucesivos para proteger la madera de esa destructora intemperie.

Decapando mediante una pistola de calor, las fui eliminando. Una vez limpias, las reutilicé para que sirvieran de puertas para estos muebles que construí con un tablero de pino.

 Para hacer el mueble pequeño, tuve que cortar una de las contraventanas por la mitad.

 En el mueble grande  utilicé la contraventana tal cual era, pero colocada con orientación horizontal. 
La puerta se abate hacia arriba, y así el mueble sirve a su vez de estantería.

Los teñí en color nogal y pinté en los cuarterones unos motivos florales muy sencillos. Mi intención era que quedaran unos muebles rústicos, pero a su vez con un toque de modernidad.







Y para continuar reciclando y seguir decorando el baño, les llegó la hora a un par de cuarterones de una vieja puerta de un mueble castellano...., estos que veis a continuación:





Y después de restaurarlos...:



...Hice con ellos unos pequeños cuadros pegando una lámina que decoré con un efecto craquelado:




Estas son unas pequeñas ideas para reutilizar la madera vieja y desahuciada. A pesar de que su aparente estado nos parezca lamentable, no deja de ser madera.
 A mi modo de ver, este material es muy agradecido con poco que le hagas, y quizás se merezca una segunda oportunidad.

Espero que os hayan gustado.

domingo, 7 de febrero de 2016

Farolillo fácil y rápido

Hoy os voy a contar como se me ocurrió hacer un farolillo de madera de forma rápida y sencilla.




Para ello necesitamos los siguientes materiales:

- Dos platos de madera de unos 13 ó 14 cm de diámetro
- Cinco varillas de madera de 6 a 8 mm de diámetro
- Taladradora
- Broca para madera del diámetro de las varillas y otra unos 2 mm más gruesa
- Broca de corona de al menos 5,5 cm de diámetro
- Una pequeña de tablilla de madera de alrededor de 1 cm de grosor
- Sierra de calar
- Un trozo de pergamino, tela o visillo
- Cola blanca
- Aguja y cordel para coser
- Un clavo o tachuela

Lo primero que hice fue lijar los platos y marcar los puntos para los taladros donde irán insertados las varillas. Para ello dividí el círculo del plato en 6, como si fuéramos a cortar las porciones de una tarta o queso. Para ello se hacen marcas en el borde a una distancia del radio (la mitad del diámetro) que tenga el plato. Una vez marcado, procedo a hacer los taladros con una broca del diámetro de las varillas de madera que tenemos.



Esto lo haremos en los dos platos, sin traspasar del todo la madera
En uno de los dos platos, marcaremos el centro, y con la broca de corona haremos un agujero en él. Este será la parte superior del farolillo y el agujero servirá para introducir la vela.



Hecho esto cortaremos seis varillas de madera a una medida aproximada a la altura que queremos que tenga el farolillo. Yo las hice de 20 cm. Se cortará una séptima varilla más, unos 5 cm más larga. Esta varilla es recomendable que sea algo más delgada que las otras, aunque no es absolutamente necesario. Esta será el tirador del portavelas.

Para hacer éste dibujaremos en la tablilla de madera de 1 cm un círculo de unos 6 cm de diámetro. A éste le dibujaremos una forma triangular encima, redondeando el vértice superior. Cortaremos esta forma, y si queréis, podéis hacer lo que yo hice, con una gubia tallé el circulo interior para darle una forma cóncava, y para que sirva como plato para retener la cera de la vela cuando se derrita. Pero esto no es imprescindible y se puede dejar la tablilla plana. 



Después lijaremos la pieza, y haremos en la zona triangular un taladro del diámetro de la varilla que habíamos cortado más larga.



A esta pieza encolaremos la varilla. Posteriormente podemos clavar en el centro un pequeño clavo o tachuela que traspase el grueso de la madera desde la parte inferior para poder clavar la vela y así evitar que se caiga.



Y ahora nos queda hacer un taladro al plato superior para que por él pueda salir fácilmente el extremo de ésta varilla. Para ello calcularemos por donde debería salir la varilla, centrando el portavelas en el agujero. Lo marcaremos y haremos un taladro ligeramente más ancho que el diámetro de la varilla.



Ahora ya tenemos todas las partes del farolillo, solo nos queda montarlo, encolando las varillas con cola blanca en uno de los dos platos, el otro de momento lo dejaremos sin pegar.

Nuestro farolillo ya va tomando forma:



Hemos dejado sin encolar uno de los platos para ayudarnos en el siguiente paso, que será hacerle una cortinilla, o pantalla para que el viento no nos apague la vela. La podemos hacer de pergamino, o de cualquier tela o visillo que tengamos o nos guste. Yo opté por poner una tela de lino, reciclada de un muestrario de telas, puesto que quería darle un aspecto natural y rústico a mi farolillo.
Mediremos la tela que necesitamos poniéndola alrededor de las varillas, de forma que quede algo ajustada, lo suficiente para que se sostenga sobre ellas; coseremos los extremos entre ellos y remataremos los bordes.

Yo opté por un cordel de cáñamo y una costura rústica en mi afán de darle un estilo natural.

Una vez hecho esto quitamos el plato que habíamos dejado sin encolar y colocamos la cortinilla en su sitio.


Antes de encolar el plato, podemos aprovechar para dar el acabado que queramos a la madera. Yo opté por dar tan solo aceite de linaza pero podéis teñir, barnizar, pintar... Lo que se os ocurra para dar vuestro toque personal.

Y aquí tenemos nuestro farolillo terminado, preparado para ponerle la vela. La vela conviene que sea bajita y ancha:



Tiraremos de la varilla de hacia arriba para que suba el portavelas y por el agujero superior introduciremos la vela, pinchándola el el clavo que habremos puesto. La encendemos, y bajamos con cuidado hasta el fondo. Para apagarla, sólo tenderemos que tirar de la varilla hasta que asome la vela y soplar.

Y así es como luce mi farolillo, espero que os haya  gustado y que os inspire para hacer uno vuestro.